Mientras caminaba por la cuadra pensaba que aquí la vida es increiblemente tranquila, no hay rejas por todas partes, puedes ir y venir en bici a donde quieras (si te dan los músculos claro está), te dejan los envíos en la puerta y los encuentras cuando vuelves.... Entre otras cosas que jamás imaginé vivir en Caracas. Supongo que toda esa tranquilidad ayuda a que mis semanas luzcan más largas todavía...OJO, No es que me queje, es solo que hay días en los que siento que voy 3904854 revoluciones más rápido que la vida de este lado del mundo.
Y es que al pobre caraqueño lo acostumbraron a vivir con 3millones de estímulos a la vez, pendiente de las 2 cerraduras, de las motos que se te atraviesan, de si sonaron los 3 piticos de la alarma, del tipo que te sigue hecho el gualberto o de llevar la cartera adelante y abrazada no sea que te la arranquen...nos hicieron multitasking como quien dice, podemos ir hablando por el celu, maquillándonos, corriendo para alcanzar el ascensor y leyendo el informe que vamos a presentar desde hace 5 minutos, pero por la cola llegamos tarde.
Aquí miro a mi alrededor y todos tienen una tranquilidad encima que no se si envidiar o morirme de la risa tirándomela de tío conejo.... pero bueeee...mientras tanto, me seguiré repitiendo, "recuerda, que es DESPACIO"
Hola, paso a recorrer tu espacio.
Te abrazo desde Buenos Aires.
MentesSueltas
Es cuestión de costumbre, desde mi punto de vista creo que la manera de vivir del venezolano tiene sus pro y sus contras, por un lado al ser "multitasking" estamos preparados para afrontar cualquier eventualidad y saber como reaccionar ante ella, mientras que por el lado negativo creo que tanto estres nos puede llevar a ser hipocondríacos. Tan solo hay que saber equilibrar las cosas.
Un beso Lola!